lunes, 8 de abril de 2013

Noticia: Los yogures ya no caducan a los 28 días.


En la noticia del País se informa de que el Gobierno permite retirar la fecha de caducidad establecida ( 28 días) en los lácteos. Aunque los fabricantes de yogures han decido alargarla una semana más ( 35 días ) en lugar de retirarla o dar más plazo. Des de nuestro punto de vista esto permite crear menos confusión en los consumidores respecto a su fecha límite de consumición, ya que en este caso los yogures pueden ser consumidos tras el período de 28 días no nos hacen daño. Por lo tanto, la fecha de caducidad es más exacta. Esta medida ha sido tomada para poder estar al nivel de otros países europeos en los que ya fue tomada. Nosotras pensamos que esta decisión tendría que haber sido tomada independientemente a los otros países, porque debería importar más la salud de los ciudadanos que la competencia respecto otros países. El Gobierno no se plantea variar otras de las fechas de caducidad que si pueden afectar a nuestra salud después de haber sido consumidas del tiempo marcado (carne o pescado ). En el caso del embutido no se indica ningún día preciso ya que tiene menos contenido en agua y por lo tanto no se ve afectada por organismos como las bacterias, este es un caso similar al del yogur. Las empresas de Federación Nacional de Industrias Lácteas no están a favor de la eliminación de la fecha de caducidad y apuestan por su variación para así dotarse de una seguridad que les proteja en el caso de que a alguien le produzca males en su consumición ya que el producto se pueda haber deteriorado.


Hay opiniones las cuales compartimos totalmente que nos dan a pensar el desperdicio económico.
al arrojar yogures tras la fecha señalada por lo tanto, nos hace llegar a la conclusión que a las empresas les importa más el valor económico que la salud de sus consumidores, y estos solo se han dado cuenta de la insostenibilidad de este mal hábito, al encontrarnos de frente con una crisis de recursos. La noticia nos proporciona datos como que cada año se arrojan siete millones de toneladas de alimentos perfectamente consumibles a los contenedores, esta cifra nos parece realmente escandalosa.

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